Capítulo V. "Divorcio".

1
_Palas, ¿el perro está contagiado, es decir, es mutante?
_No. Los animales no se contagian con el virus mutante.
_Elijo al perro.
_Buena elección.
_Carlitos y Armando sí lo están?
_Sí.
_¿¡Y me iban a dejar ir con un mutante!?
_ No habría ningún problema. No solo no lo atacarían porque usted posee el virus mutante, sino que también están siendo tratados con la vacuna que descubrimos.
_Entonces ¿tiene cura?
_No. Una vez que se contagia no hay marcha atrás. Esta medicina evita que se dé la fase de eclosión en que se hinchan, flotan y contagian al morder.
_¿Y por qué no la utilizan en los países infectados?
_Es inviable. No disponemos de la cantidad ni ellos permitirían hacerlo. ¿Cómo vacunar millones de mutantes sin pasar ninguno por alto? Además no solucionaríamos el tema de fondo.


_¿La solución es exterminarlos entonces?
_Claro. Debieron ser exterminados en el segundo brote de la enfermedad, pero para ese entonces nuestro país basándose en intercambios de grupos guerrilleros latinoamericanos y el presidente de Venezuela de ese entonces, un tal Chávez, se encontraba en plena guerra. Un nuevo bombardeo atómico sobre Sudamérica habría hecho imposible la vida en el continente.
_¿Así que hicieron mierda Venezuela?
_Lo justo como para tomar el poder y utilizar su petróleo.
_Entiendo. No podían abrir otro frente de batalla.
_Exacto. Para cuando descubrimos la vacuna ya era tarde y aunque no lo creas, tu pierna infectada fue el Santo Grial.
_¿Mi pierna es parte de la cura?
_Sí. Cuando te descubrieron con tu grupo en ese campo, inconsciente y mordido por un mutante…
_Yo los llamo hombres morsa, porque están hinchados, caminan como ellos y por sus dientes.
_Buen nombre. Nosotros los denominamos mutantes a secas.


Cuando te descubrieron, las órdenes eran de capturar todos los especímenes de la zona. Cualquier animal. En ese entonces desconocíamos si el virus mutante contagiaba tanto animales como humanos.


Al realizar los exámenes todos dieron positivo menos tú y el perro. Luego se descubrió que poseías el virus en la sangre, pero por alguna razón no se desarrollaba la infección, permaneciendo en una fase inicial y controlada de la misma. Comenzamos a estudiarte a fondo. Por otra parte, la pierna amputada también era parte de estudios. Como sucede en todos los grandes descubrimientos, un accidente afortunado fue el catalizador.


Un mediocre científico desordenado olvidó una muestra de piel infectada cerca de un cultivo de bacterias de tu pierna. Unos libros cayeron de la mesa y las muestras se mezclaron. A la mañana siguiente visualizó que en la zona en que convergían las bacterias de tu pierna con la otra muestra, la infección había retrocedido.
_¿Entonces las bacterias de mi gangrena son la cura?
_Así es.



2
_Algo así. Estás en lo correcto, pero no es “la cura”.


La infección se desarrolla de una manera tan veloz que es imposible de curar.
El virus portador inserta en las células una cadena de ADN mutante. Este provoca el cambio morfológico y de comportamiento.


El ciclo de mutación es veloz. Al contagiarse una persona sana, en un día se convierte en un mutante en fase de contagio, o como dices tú un Hombre Morsa. Ese es el momento de mayor agresividad y donde pueden contagiar. Este período dura 10 días y la mayor diseminación se da por la flotabilidad nocturna de estos seres. Ganan otros territorios y el contagio se expande a pasos agigantados.


Luego de finalizado ese ciclo de infección lo sucede uno de reposo de tres a cuatro meses. En ese momento su morfología es humana y se los puede distinguir por sus ojos inyectados de sangre y la sangre que chorrea de la nariz; además de su comportamiento visceralmente instintivo.


Estos períodos de reposo han permitido a los mutantes organizarse en Estados, donde pueden convivir.


Por suerte no se han detectado animales portadores del virus. La pandemia se circunscribe únicamente a los humanos. Ni siquiera se trasmite a otros primates.


Luego continuamos. Ahora vamos a sacar al perro de la matriz.


_Rabito.
_¿Qué?
_El perro se llama Rabito.



3
Luego de purgar el líquido, varias personas liberan a mi perro de su añeja prisión.
Es un perro peludo por lo cual chorrea grandes cantidades del líquido espesorrosado.


Intentan revivirlo en vano. Le inyectan medicinas. Me imagino que es adrenalina.
El perro no reacciona. Desfibrilador.


_¡¡Nooo!! ¡¡Al perro no!!


Rabito tampoco se salva de que le metan un aparatejo anal. No reacciona.
Yace de costado, inermeinmóvil, con un gesto poco feliz, sin vida.


Enloquezco. Golpeo los vidrios de la habitación.


_¡¡No lo dejen morir así!! ¡¡No con esa cara de estúpido!!



4
Existen miedos básicos comunes en las personas: Volverse loco, morir o ser contaminado por Botnia. El mío es muy especial: morir con cara de imbécil.


Es que tengo pánico, pavor a fallecer en alguna circunstancia y que mi cara quede como la de un lelo.


Si he de morir, quiero que sea con el gesto sereno del que afronta la muerte como un Samurai. Pero la genética no me ayuda. Basta describir cómo murieron algunos familiares para que comprendan:



El tío Roberto.
Roberto era un tipo rudo y mujeriego. Nadie se atrevía a contradecirlo. Era todo un ganador de rulos en pecho y bigote de macho. Cuando la policía lo halló en la ducha, su rostro conformaba la siguiente mueca:
_Cabeza levemente ladeada hacia la izquierda.
_Ojos abiertos de asombro.
_Boca con labios abiertos y estirados hacia la oreja derecha.


Un gesto lamentable, solo disimulado por la circunstancia de su muerte. Parece ser que era afecto a pegar la sopapa del destapacaños en el piso y autoinsertársela en el ano mientras se duchaba. Algún resbalón poco feliz con un jabón asesino culminó por hacer del auto empalamiento, una empresa mortal.



Mi prima.
Lorna fue toda una decepción. Buena como todas las primas, no tuve suerte de poder arrimarla. ¿Por qué mi prima estaba tan buena, era tan puta y yo no podía tocarla por lazos familiares? ¿Por qué solo se cogen a las primas en las pornos?


Ese malestar me permitió poder investigar cómo era asesinar sin remordimientos.
No pude ser su amante, pero sí ella fue mi primera muerte. Por esa época mi padre (adoptivo), intentaba erradicar las ratas con un veneno muy potente. La estricnina.


Lo utilizaba con sumo cuidado porque es tan poderoso que si una mascota lo olfateaba moriría en 10 minutos. Es así que un soleado 4 de abril y estando los dos solos en la casa, envenené una empanada de dulce de leche que ella había guardado.


Cuando percibí la heladera corrí feliz hasta la cocina. Le pregunté si la empanada estaba rica. Rápidamente el veneno surtió efecto. Este veneno es muy vil y produce la parálisis de todos los músculos, pero la víctima permanece consciente asimilandoestudiando su propia muerte.


Con placer contemplé su rostro a pocos centímetros. Su cuerpo se retorcía y en un instante quedó petrificado y arqueado. Mientras luchaba por respirar los ojos salían de sus órbitas reflejando el horror de alguien que se sabe muerto.


Fue una obra de arte hasta que en su punto culminante, sacó la lengua hacia la derecha, puso boca de buzón y estiró los ojos como un chino.


¡¡La gran puta!! ¡¡Que gesto mortal tan estúpido!!
¡¡Que desperdicio de veneno!!



Sonia
Mi madre adoptiva no debió morir. Si leyeron atentamente mi relato habrán comprendido que al que quería matar era a mi padre.


¿El móvil? Muy simple. Rubén me había visto varias veces manipulando el veneno. Ya no me miró de la misma forma desde que se supo que Lorna murió envenenada.


Cuando interrogaron a todos yo pasé la prueba con nota. Ya todos daban por descontado que había sido un suicidio por pasión. Justo un par de días antes, a Lornita, el novio la había dejado por una minita más tetona. Sólo Rubén podría alegar otra causa. Debía cubrir mi rastro.


Fue así que afloje maquiavélicamente la rueda delantera derecha del auto. Pero el destino tenía una carta en la manga. Una fiesta sorpresa para un viejo amigo que regresaba de Europa tras varios años.


Conocía perfectamente qué había sucedido cuando el teléfono sonó a las 4 de la madrugada. La rueda no había aguantado todo el trayecto. Ya en el lugar, la policía y paramédicos intentaban tranquilizar a Rubén, en un ataque de nervios.


No me hubiese molestado reconocer el cadáver de mi madre con el rostro desfigurado, pero en vez de esto el rictus era como el de Benny Hill.


Por todo esto, si tengo la suerte de saberme mortalmente enfermo o herido, me rociaría combustible y me inmolaría para fallecer sin mueca alguna, sin piel en el rostro, como Rubén.



5
_¡¡¡Reaccioná perro de mierda!!!


Luego de varios intentos el perro retornó al reino de los vivos y con muchos bríos. En un abrir y cerrar de ojos mordió a uno y se montó a otro.


_¡¡El perro de mierda está vivo!!


Reconoció mis gritos, ya que de un salto intentó traspasar el vidrio que nos separaba. Por supuesto que se partió el hocico del golpe y cayo redondo al piso. Estaba vivo pero su inteligencia era la misma de siempre. Nada había cambiado. Ahí estaba Rabito, de espaldas en el piso, pataleando como una cucaracha envenenada.


Uno de los científicos abrió la puerta, no por compasión al perro, sino para evitar que atacara o montara a los restantes ocupantes de la habitación. Ahí nos confundimos en un gran abrazo de compinches.


Varios lambetazos jugosos alcanzaron mi rostro. ¡¡La gran puta!! ¡¡Que aliento de mierda!! Luego de 22 años de descanso, la boca de un perro puede oler terriblemente mal.


Luego se tiró panza arriba para que se la rascara. Siempre lo rasqué con cuidado, porque como todos saben la mitad de la panza del perro está ocupada por el pito. Yo por suerte el único pito que toque en la vida es el mío. Por eso siempre preferí a las perras.


Le chillaba la panza. Tenía hambre. Un poco de comida y el “Rabi” se tranquilizó.
Ya éramos de nuevo un equipo. Un equipo de asesinos.



6
_¿Estás contento Mateo?
_Claro. Ya no estoy solo.


El perro cada vez estaba más tranquilo, hasta que se acostó y durmió.


_Ayúdame Mateo a colocarle este dispositivo.
_¡Nos va a morder!
_No lo creo. La comida contenía un sedante.


Con mucho cuidado, Palas ubicó el dispositivo. Consistía en un anillo cerrado en el comienzo del escroto.


_Dime una palabra clave que al utilizarla el perro se controle.
_No se. Divorcio –fue lo primero que se me ocurrió-.
_Está configurado. Cuando despierte lo probaremos.


Demoró un buen rato en reaccionar Rabito. Para mi sorpresa Palas comenzó a torearlo y no pasó mucho antes de que el perro atacara.
Un instante antes de ser alcanzado, Palas gritó “¡Divorcio!”.
Rabito pego un chillido y quedó quietito en el piso con un lagrimón en su ojo izquierdo.


El mecanismo daba resultado. Se activaba con la palabra clave y oprimía el nacimiento de los testículos. Era la más brillante alegoría del matrimonio que había visto.


_Recuerda que debes seleccionar la pierna que utilizarás –cambió de tema Palas-.
_¡Es verdad! ¡Quiero escapar de esta silla de ruedas! ¡¡Quiero caminar!!
_Vamos entonces a la sección de reconstrucción y prótesis por tu pierna. Piensa mientras cual seleccionarás.

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