Capítulo II. “Las voces”.

1
_Quiero despertar…
_¿Cómo?
_¡¡¡¡Que quiero despertar!!!
_Muy bien.
_¿Cómo hago?
_Ponte a pensar. Razona, recuerda algo. ¡¡Que funcione ese cerebro!!
_¿Razonar? Medio difícil con tu voz en mi cabeza y todas las demás!!
_Tranquilo. Cuando despiertes, la mía no te molestará más.
_No es solo la tuya. Ahora estoy escuchando otras más, sumadas a las que ya tenía.
_¿Y qué dicen?
_Nada lógico. Son como ecos, mensajes cortados: “Despierta mateo”, “Deberían hacer una película” y cosas sin sentido.
_No son voces de tu cabeza, Mateo. ¡Creo que son los comentarios de los lectores! Deben estar llegándote por alguna extraña configuración del blog.



2
Las voces en la cabeza. ¡Qué tema!
Si uno dice que las tiene es rotulado como “loco” y con suerte no es internado.
Pero todos las tenemos. ¡El que diga que no, es un gran hipócrita!


He convivido con ellas desde pequeño. Cariñosamente las defino como un grupo de amigos que me acompaña desde dentro, congregados en el Bar del “Cabeza”.


Son pequeñas personitas reunidas en una mesa del bar. Proponen temas, los discuten, tratan de convencerse los unos a los otros y de última se agarran a trompadas. Rompen sillas y botellas como en una película del Far West. En sus discusiones y arrebatos, definen nuestras decisiones.


No siempre fueron iguales. Al mismo tiempo que crecía, algunas han cambiado.
Por ejemplo, la personita que decía que iba a ser un gran futbolista, ahora me grita “¡fracasado!” cada vez que veo un partido, tira patadas al aire y grita goles imaginarios.
La que me obligaba a mirar dibujitos mientras tomaba la leche, ahora me intima a mirar pornografía y maneja hábilmente mi mano izquierda.


Tengo algunas buenas, como la enamoradiza. “Que linda mujer!, andá, hablale y nos casamos!!”. Lástima que siempre termina a las trompadas con el piropeador grosero.


La esquizofrénica es una que me atormenta cada vez que charlo cara a cara con alguien. Al oído siempre me pide que le pegue una trompada. No importa si es una persona querida; no le importa si la conversación es amena; siempre pide lo mismo. Un recto de derecha.


También está el chistoso. Me recuerda viejas anécdotas cuando estoy en un lugar aburrido y cuenta chistes en los funerales.


Pero hay un señor malvado. La voz asesina. Se hace llamar Charly. Charly es el psicópata de las películas. Ha matado a varias de las personitas que vivían dentro de mí.


Cuando esto sucede, visto de negro y decreto varios días de duelo. El bar queda cerrado hasta nuevo aviso y de fondo se escucha una carcajada malvada. Si cierro los ojos bien fuerte, puedo divisar su forma en el trasfondo, como si de una vieja pantalla de cine se tratara. Tiene forma de cometa Halley.


Cuando aparece, las demás personitas se esconden donde pueden. Desde el día en que mató mi remordimiento, dejo lugares libres en la mente para que se escondan las demás cuando él aparece.


Yo sé que Charly intenta ser la única voz reinante, pero me resisto. Sé que es el que manda en muchos casos (sobre todo cuando asesino a alguien), pero no quiero que sea la única voz. Si eso sucediera, sería un psicópata asesino sin gracia alguna y preferiría ser un asesino con estilo. Como Hannibal Lecter.


Ahora que ustedes son voces en mi cabeza, espero que no estén al alcance de Charly por alguna extraña configuración del blog.



3
Despertar; horrible despertar.
Dolor/malestar. Como haber salido de jarana durante toda una semana, consumiendo cocaína, cigarrillos negros, alcohol barato con algún desliz de ketamina y varias bolsas de papas fritas aceitosas. Pero nada de sexo. Una salida insalubre pero sin gloria.


Estoy desnudo en una mesa. Me desgarra una luz enceguecedora. Apenas diviso por entrecerradosojos unos hombrecitos. Por sus batas parecen doctores o tal vez desperté en una heladería. Hablan un idioma que desconozco. Es ingles. ¡La gran puta! ¡¡Si hubiera estudiado ese idioma como decía mi padre postizo!! Pero no. Gritan “is alaiv!”. Creo que piensan que estoy vivo.


¡¡¡Estoy vivo!!!
No sale nada de mi garganta.
Me ahogo.
Petrificado.
Mi cuerpo no responde.


Floto.
Veo mi propio cuerpo.
Debo estar muriendo, supongo.
¡¡Que feo soy!! Los espejos han sido bastante benévolos conmigo. Soy realmente espantoso. No entiendo como una mujer alguna vez dejó que le viera la concha.


Estoy arrugado pero no es de viejo. Sigo joven. Debió ser el líquido de la matriz artificial. Tal vez por eso sigo joven. Me falta una pierna. Ya nunca podré ser un gran jugador. Tal vez tenga oportunidad en un mundial paralímpico.


Mi pene es diminuto. El agua debió estar fría. Desde mis ojos se veía más grande. Sospecho que la realidad es otra fuera del cuerpo. Espantoso, sin una pierna, uruguayo y con un pene insignificante. Estoy en el horno.


Los hombrecitos insertan todo tipo de instrumentos en mí. ¡¡En el culo no!! La gran puta. No escuchan. Supongo que intentan salvarme. ¿¡Por qué siempre en el culo!? No tiene propiedades por ejemplo, ¿el ombligo?


Golpe de corriente, como cuando de niño toque el enchufe del arbolito de navidad. Odio la navidad. Ese gordo puto nunca me traía nada de lo que pedía. Cuando supe que eran los padres, la detesté aún más.


Aborresco ver cómo los padres salen con los hijos y los regalos.
“Yo soy mejor padre”-parecen decir-.
_“¡Le compre un auto a batería!”.
_“¡Si fueras buen padre, el tío no la violaría!”-les vomitaría en la cara-.
Pero a nadie le gusta la realidad. Solo quieren comprar la felicidad. Compararla como una pastilla de éxtasis.


Por si alguno no lo sabe, la felicidad viene en una pastilla. Si son de esos que quieren las cosas fáciles, si son cobardes, compren una pastilla de éxtasis. Yo no. Yo prefiero sufrir toda la vida por un segundo de felicidad verdadera.


Nuevamente en mi cuerpo. Vuelve el malestar. No tengo miedo a morir. No ahora que sé cómo es flotar.



4
Despierto nuevamente vestido de blanco, en una habitación acolchonada. Como de un psiquiátrico. Un chaleco de fuerza completa mi indumentaria.


Es verdad. No tengo la pierna izquierda.


Se escucha la puerta. Seguro esperaban que despertara. Me vigilaban.


Aparece un hombre de blanco. Se acerca lentamente, como si yo fuera un perro al que intenta no asustar.


_¿¿¡¡Que miras; puto!!?? -le grito-.
_Tranquilo Mateo… -responde-.


Habla español. Se nota que no es su lengua materna, pero lo conversa bien. Conoce mi nombre. Es pelado. Tiene cara de doctor. Dos lapiceras, una roja y otra azul en el bolsillo superior izquierdo de la túnica.



5
_¿Dónde estoy?
_Voy a responder todas tus preguntas. Estás en un laboratorio.
_¿Me responderá todo? ¿Quién es usted?
_Mi nombre no te lo puedo dar. Te puedo decir que soy un científico. Integro un grupo que estudia las mutaciones que se dieron en Sudamérica en principios del siglo.
_¿Principio de siglo? ¿Que día es hoy?!?!
_Tal vez esto te impacte. Viernes 15 de febrero de 2030.
_¡¡No puede ser!! ¿¡Qué pasó con mi familia, mis amigos?!
_Difícil saberlo. Algunos de los que te acompañaban están bajo estudio en este mismo lugar. Los demás supongo que murieron en el intento de contener la difusión de la contaminación genética.
_¿Están aquí? ¿Qué les hacen? ¡¡¡Soltalos ya, hijo de puta!!!
_Los liberaríamos, pero es imposible. Están contaminados. Igual te doy mi palabra de que no sufren. Se encuentran en estado de coma inducido.


_¿Qué hago aquí? ¿Por qué me conservaron tanto tiempo?
_Tu preservación es muy importante para nuestro país. Tu sangre por alguna razón es la única que se mantiene en un estado intermedio entre contaminada y humana pura.
_¡¡Así que soy un conejillo de indias!! ¡¡Soy un maldito fenómeno!!
_Debes entender. Eres muy importante para la salvación de la raza humana pura.
_¿En qué país estoy? ¿Por qué hablan inglés los demás?
_Es una pregunta bastante compleja. El mundo ya no es el que conocías. Los países ya no existen ni conviven como antes. El clima no es el mismo. La economía no se base en los antiguos parámetros. No creo que estés en condiciones de entender todo ahora…
_¡¡Decime, hijo de puta!! ¿¡Dónde mierda estoy!?
_No desesperes. Estás en Estados Unidos. Pero no en América del Norte. Estás en el Estado ubicado en Sudamérica.
_¡Malditos yankees!
_Luego te explicaré todo. Pero antes te dejaré descansar. Tenemos una propuesta que hacerte. Podrías ganar la libertad si colaboras. Podrías tener una pierna mejor de la que perdiste. ¿Qué te parece?



6
¿Qué hago? Podría escuchar la propuesta, pero también sería hermoso saltar sobre él, arrancarle la cara e intentar escapar a los saltitos. Estoy débil. Son muchos años sin utilizar el cuerpo, pero si apelo a la locura podría conseguir resultados asombrosos.

También podría morderme la lengua y simular una convulsión.


De todas maneras, ya me da lo mismo cualquier alternativa.


Que decidan las voces de mi cabeza.

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